PSIC. REBECA QUEVEDO AJA - UN ESPACIO A TU MEDIDA PARA COMPRENDERTE, CUIDARTE Y AVANZAR

Imagina el alivio de ver cómo las piezas dispersas de tu historia encajan, revelando un sentido que hoy se te escapa

¿Sientes a veces que, por más que analizas y comprendes muchas cosas de ti y de tu vida, hay algo esencial que se te escapa?

Como una melodía de fondo, casi imperceptible pero constante, que te recuerda que aún no has llegado al núcleo de tu malestar o de esa inquietud que te acompaña. Es comprensible que, con tu capacidad para la introspección, las respuestas superficiales o los «deberías» ya no te sirvan de mucho.

Has recorrido un camino, y precisamente por eso, anhelas una comprensión más profunda.

Quizá esa sensación se traduce en un cansancio que no siempre se justifica por el esfuerzo físico, o en una apatía que te sorprende justo cuando creías tener las cosas más o menos en orden. Puede que te observes navegando por la vida con una brújula interna que parece necesitar un ajuste, una calibración que te permita sentirte más alineada, más en paz contigo misma y con tu historia. Es natural que desees un espacio donde tu inteligencia y tu sensibilidad sean el punto de partida para ir más allá.

Y es aquí donde mi acompañamiento puede ofrecerte una experiencia diferente.

Imagina que tu historia, tus vivencias y tus síntomas son como piezas de un intrincado y valioso puzle. Piezas que, vistas por separado, pueden parecer confusas o incluso dolorosas. Mi labor, desde la cercanía y la confianza que iremos construyendo, es ayudarte a observar esas piezas, a encontrarles un sentido. Juntas, y desde nuestra primera conversación, empezaremos a:

Descubrir los hilos conductores.
Veremos cómo se conectan, cuál es la lógica interna de lo que te ocurre. Te irás llevando comprensiones que, por sí mismas, ya inician un movimiento interno hacia el alivio. 

Entender el “para qué”.
Exploraremos el origen de tu malestar y la función que ha estado cumpliendo, a veces de formas que quizá ni sospechas. El síntoma, en ocasiones, es una forma ingeniosa, aunque dolorosa, de adaptación, e incluso un intento de solución.

Sentirte acompañada, no dirigida.
Yo no te diré qué hacer, sino que te acompañaré a que tú misma encuentres tus respuestas. Estaré muy presente en cada sesión, con una escucha que busca ir más allá de las palabras, con dulzura y con una implicación honesta en tu proceso.

Lo que más valoran quienes se sientan conmigo es precisamente esa sensación de estar en un espacio seguro, profundamente humano, donde pueden ser ellas mismas sin temor. Un lugar donde la rigurosidad de mi trabajo va de la mano con una paz que intento transmitir.

 

El objetivo es claro: ayudarte a aliviar aquello que te hace sufrir, y hacerlo lo antes posible, pero sin atajos que comprometan la profundidad.

Busco que desarrolles un mayor conocimiento sobre ti misma, que fortalezcas tus propios recursos internos y que, juntos, construyamos aquellos que puedas necesitar en el presente y de cara al futuro. La idea es que ganes autonomía emocional para que puedas afrontar las situaciones de tu vida, incluso aquellas que hoy te parecen un mundo, sintiéndote más entera y con mayor serenidad.

Y quiero que sepas algo con total sinceridad: mi compromiso es con tu bienestar. Si en algún momento del camino sintiera, o sintieras tú, que no soy la persona que mejor puede ayudarte, te lo diré abiertamente y te orientaré hacia donde creo que podrías encontrar ese apoyo más ajustado. Porque lo verdaderamente importante eres tú y que encuentres el acompañamiento que mereces.

Sobre mi |   10 Años de Experiencia

Encantada de conocerte, soy Rebeca Quevedo Aja, Psicóloga General Sanitaria

Desde que tengo uso de razón, he sentido una conexión especial con las personas. Recuerdo escuchar con atención, empatizar profundamente con lo que sentían y experimentar una necesidad interna, muy genuina, de aliviar el dolor ajeno de la manera que estuviera a mi alcance. Mis amigas solían buscarme para contarme sus problemas, casi como si llevara el cartel de "consultora sentimental" desde pequeña. Esta sensibilidad me llevó, incluso antes de decidirme por la psicología, a buscar espacios de voluntariado donde pudiera aportar mi granito de arena.

Siempre me ha movido una inmensa curiosidad por comprender cómo funcionamos los seres humanos, no solo a nivel mental, sino en todas nuestras dimensiones. De hecho, durante un tiempo valoré la idea de estudiar medicina, pero finalmente fue la psicología la que me cautivó. Aún así, esa visión integradora sigue muy presente en mí: concibo la terapia como un acompañamiento que ha de contemplar necesariamente nuestros tres planos: el cuerpo, la mente y la emoción. Paralelamente a este interés, también existía una búsqueda personal: un deseo de entenderme mejor, de encontrar respuestas dentro de mí.

Tras la carrera, tuve la oportunidad de vivir experiencias en el extranjero. Conocer gente de tantos lugares, con sus diversas formas de ver el mundo, me enriqueció enormemente. Soy una persona sociable a la que le gusta interactuar, y estas vivencias me abrieron mucho la mente, afinando aún más mi capacidad de comprensión hacia los demás.

Llegue a tener un descubrimiento personal clave

En mi propio proceso de crecimiento, me di cuenta de cómo a veces normalizamos ciertos rasgos o comportamientos, como ser excesivamente responsable o autoexigente y perfeccionista que, aunque socialmente puedan ser bien vistos o incluso aplaudidos y recompensados socialmente, pueden estar rozando lo patológico sin que seamos conscientes de ello. Ahora entiendo que no siempre «más es mejor» y que el bienestar reside en un equilibrio más sutil y consciente.

¿Te ha pasado alguna vez que una sensación física persistente, como un nudo en el estómago, te acompañara durante mucho tiempo sin que supieras bien qué era? Yo lo viví. Durante años tuve esa sensación, y fue a través de mi propio trabajo interno que comprendí que se trataba de ansiedad, una ansiedad que me acompañaba desde pequeña. Esto me confirmó algo fundamental: lo que pasa en un sitio, pasa en el otro. El cuerpo y la mente están inevitablemente conectados.

Mi propósito fundamental en cada sesión es ser lo más eficiente posible para ayudarte a aliviar tu dolor y tu malestar cuanto antes. Para ello, además de mi formación y experiencia:

  • Me apoyo en una visión integrativa, considerando siempre cómo interactúan tus pensamientos, tus emociones y tus sensaciones corporales.
  • Dependiendo de la complejidad o particularidad de tu caso, y siempre de forma totalmente anónima, acudo a supervisiones profesionales. Esto me permite tener una mirada aún más completa y asegurar que recibes el acompañamiento más ajustado y eficaz. 
  • También y debido a la pasión que siento por mi profesión estoy en formación continua mediante cursos, lecturas y trabajo personal.

Entiendo que dar el paso de buscar ayuda puede generar muchas dudas. Espero que al compartirte un poco de mi camino y de mi forma de entender la psicología, puedas sentir si mi manera de acompañar resuena contigo.

Llegue a tener un descubrimiento personal clave

Si estas palabras resuenan contigo, si sientes que este es el tipo de exploración y acompañamiento que estás buscando, te invito a que demos el primer paso.